Este mapache hambriento, con nocturnidad, premeditación y alevosía se adentra en casa ajena bajo delito de allanamiento de morada. Sigilosamente llega al comedero de los animales de la vivienda y se pone a zampar el pienso que va encontrando.

Al rato viene el perrillo ladrando y ahuyentando al Mapache. El gato se queda haciendo guardia en la puerta.

EL mapache no se da por vencido y vuelve a la carga. Esos ojos lo delatan. Pero esta vez encuentra resistencia…